HISTORIA DE CANADA

Según los datos obtenidos, en su mayoría de leyendas e historias que pasan de generación en generación, normalmente derivadas de una tradición oral, los primeros pobladores del territorio que hoy se conoce como Canadá, eran provenientes de Islandia y Groenlandia, y llegaron ahí por causa de desvíos inesperados, ya que eran en su mayoría, navegantes. Se piensa que al primer lugar que llegaron fue a la Península del Labrador.
Al darse cuenta de la existencia de nuevas tierras, sobre todo por la escasez de leña en Groenlandia, los navegantes Nórdicos, a los cuales se les conocía como Vikingos, comenzaron a realizar exploraciones más profundas y continuas, y así comenzaron a poblar el territorio.
A partir de ese momento, se comenzó a establecer una colonia proveniente de Groenlandia, sin embargo, se piensa que esta colonia desapareció aproximadamente entre los Siglos XV y XVI, así como las navegaciones Nórdicas hacia Canadá.
Alrededor del año 1000 D. e. C la primer persona de origen europeo que llegó a las Costas Canadienses fue Leif Ericcson. Más tarde, en 1947 un italiano llamado John Cabot navegó hacia el Este desde Bristol, Inglaterra, en un intento por buscar nuevas rutas comerciales en Oriente, comandado por el Rey Enrique VII de Inglaterra. Dicho viaje llevó al redescubrimiento de las costas orientales de Canadá.
Al igual que Cristóbal Colón, Cabot creía haber descubierto una nueva ruta a Asia, y fue así como comenzó a buscar los medios para continuar la exploración hacia esas nuevas tierras, pero esto no sólo ocurrió en Canadá, sino en otras tierras como los Estados Unidos y el resto del continente americano, lo cual dirigió la atención hacia dicho territorio por parte de navegantes europeos, sobre todo ingleses, españoles y portugueses.
Eventualmente, Francia envió cada vez más misiones de exploración a esas tierras, para continuar con sus deseos de comercio o explotación de materias. Es así como los franceses comenzaron a asentar colonias en Canadá, al igual que los ingleses. Sin embrago, las condiciones climáticas no favorecían al completo asentamiento en dichas tierras, por lo que bastantes exploradores o pobladores franceses morían, y fue en este momento cuando Francia decide abandonar el proyecto de colonización por aproximadamente sesenta años.